Desde el 1 de julio el Bioquímico de la Universidad
Austral, Doctor en Ciencias Biológicas por la Pontificia Universidad Católica,
con post-doctorados en la misma casa de estudios y en University College
London, Reino Unido, asumió la dirección del Programa de Doctorado en Ciencias
Biológicas, área Biología Celular y Molecular.
Tras 10 años de
trabajo en la Universidad de Concepción, el académico especialista en Biología Celular de la Sinapsis, tomando como
modelo la Sinapsis Neuromuscular, se ha dedicado esencialmente a la
investigación, sin dejar de lado jamás la docencia. Es así como durante su
trayectoria ha estado involucrado en todas las instancias de formación del
doctorado, ya sea dictando cursos teóricos, seminarios bibliográficos y
unidades de investigación, mediante las 7 tesis guiadas o la coordinación del
Módulo de Biología Celular de Curso Troncal.
El principal
desafío que decidió asumir, es modernizar el programa. “Mi idea es hacer una
malla un poco más moderna, basada en las competencias que esperamos de un Dr.
en Ciencias”, sostiene el académico, consciente de que con el pasar de los años
la formación que antes apuntaba a investigadores para dirigir laboratorios, ha
cambiado.
“A mí me
gustaría primero analizar, pensar bien qué doctor queremos formar y ojalá, con
un sello que nos distinga de otros, formarlos en las competencias que
definamos. Eso necesariamente te lleva a un cambio de asignaturas. Entonces ya
no solo quieres un investigador que genere ciencia y escriba paper, sino que necesitas a alguien que
sepa buscar fuentes de financiamiento, que sepa ganarse proyectos, que pueda
moverse con holgura entre la Ciencia Básica y Aplicada, que idealmente tenga
formación en trabajo en equipo. Son todas cosas que uno aprende haciendo. Yo
creo que es un desafío sistematizar esa entrega de competencias”, señala el Dr.
Henríquez.
Para el
académico, tanto la universidad, como la facultad poseen excelentes líneas de
investigación y generan ciencia de muy buen nivel, es por ello que destaca el
trabajo realizado por quienes lo precedieron en el cargo. “Se han enfrentado
distintas metas en distintas etapas. Cuando se creó este doctorado, el objetivo
era formar investigadores principales de laboratorios exitosos, y hay pruebas
de que eso funcionó. Pero todo ha evolucionado y hay que circunscribirse en los
tiempos”.
El Dr. Henríquez
reconoce el trabajo realizado por los Dres. Carlos Opazo y Leonardo Guzmán,
quienes fueron capaces de mantener la calidad, la productividad y el impacto en
las publicaciones, acortando los tiempos. Cuenta que gracias a este trabajo
destacado, hoy él puede plantear nuevas inquietudes, sobre la base de algo que
funciona de manera sólida.
“Ahora yo veo
que el desafío es otro, formar doctores en la amplia gama que el país requiere.
Hay que analizar y definir qué perfil es el que nos interesa y somos capaces de
hacer.
Hay que modernizar, sacarlo de su estructura y quizás entregar cursos más cortos, pero con competencias bien puntuales. Que te enseñen a buscar fuentes de financiamiento, a postular y buscar proyectos”, señala el nuevo director del Programa que actualmente participa del Grupo de Estudios de Fondecyt (compuesto por 10 científicos nacionales), y además es parte de la directiva de la Sociedad de Biología Celular de Chile, la más grande del país.
Hay que modernizar, sacarlo de su estructura y quizás entregar cursos más cortos, pero con competencias bien puntuales. Que te enseñen a buscar fuentes de financiamiento, a postular y buscar proyectos”, señala el nuevo director del Programa que actualmente participa del Grupo de Estudios de Fondecyt (compuesto por 10 científicos nacionales), y además es parte de la directiva de la Sociedad de Biología Celular de Chile, la más grande del país.
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