Karina Oyarce Merino, Premio Universidad de Concepción 2010
“Uno va tomando caminos que no se imaginó”
“Fue una inmensa alegría, más que por mí, por mis papás, de ver porque el orgullo es de los papás, al ver el fruto de tanto sacrificio y esfuerzo”.
De trato afable y sencillo, Karina deja ver una profunda madurez cuando se conversa con ella. Delicada en el trato, de voz suave y de mirada directa, se somete a una conversación que hablará de sus vivencias y del transcurso de su vida, cuando ya ha terminado sus estudios de pregrado.
No por nada, este año fue agraciada con el Premio Universidad de Concepción, distinción que la Casa de Estudios otorga cada año a los alumnos que se han destacado por el mejor rendimiento académico de cada promoción durante su carrera.
Por qué se inclinó por estudiar Bioingeniería?
La verdad es que yo lo que estaba segura era que quería estudiar algo relacionado con investigación. Primeramente, investigación aplicada, y por eso opté por esta carrera, relativamente nueva. Bueno con el tiempo, los ramos y todo, me interesó más el área de biología celular y molecular, para algunos podía ser ciencia básica, pero yo realmente encontraba que sin esas herramientas que nos permiten entender los fenómenos uno nunca puede llegar a lo que es ciencia aplicada.
¿Desde qué edad le atrajo la investigación; investigar, conocer?
Siempre fui una niña muy curiosa. Me gustaban mucho los ramos de biología en el colegio, pero la verdad que la seguridad que quería dedicarme a eso fue en la enseñanza media, los últimos años.
Dónde hizo sus estudios de enseñanza media?
En el colegio Inmaculada Concepción, de Concepción. Claro que pasé por varias etapas, quería estudiar leyes, medicina, geología, y, al final, me decidí por ésto; no fue algo de toda la vida.
En esta decisión final, hubo personas que influyeron, un personaje, un profesor?
Mis profesores del colegio en general. Tuve muy buenos profesores y me estimularon siempre para sacar mi máximo potencial. Recuerdo al profesor de Castellano, don Luis Concha Anabalón, él siempre me estimuló, me ayudo mucho en la parte de escribir que me ha servido bastante para la escritura de las Tesis, y se lo agradezco, porque la redacción fue gracias a él, y también mi profesora de Biología de tercero y cuatro medio quien estimuló para optar por la carrera, de hecho, fue la primera que mencionó en clases que se estaba abriendo Bioingeniería en la Universidad de Concepción. Su nombre Rosa Costa.
Ahora, una vez que usted ingresa a Bioingeniería, cuáles eran sus perspectivas?
Yo primero entré con la idea de trabajar en un centro biotecnológico, ese fue mi primera idea, quería dedicarme a recursos naturales, al mejoramiento de estos recursos y explotarlos en el país, porque sentía que la parte extranjera se estaba quedando con estos recursos, porque nosotros no teníamos en el país los profesionales para hacer lo que ellos hacen en los suyos. Pero, después, con el tiempo con los ramos y con los profesores, y fue también algo de coincidencia, uno va tomando caminos que no se imaginó, porque yo siempre tuve la bandera de recursos naturales, voy a tomar esa mención y conocí a Patricia Pastor, alumna del Programa de Doctorado de Ciencias Biológicas; fue mi tutora en un seminario que hice en primer año. Con el tiempo nos volvimos a encontrar por casualidad en la Universidad y ella me dijo que estaba trabajando en un tema en el laboratorio del profesor Francisco Nualart y si me interesaría ayudarla en ese tema. Yo le dije ya. Yo estaba en tercero, cuarto, ya tenía experiencia, y le dije: Voy a trabajar contigo y ahí entré al laboratorio, a ayudarla en algunos experimentos de su Tesis.
La verdad es que me gustó tanto el tema, me enamoré de él, y me dije: voy a hacer mi tesis de pregrado acá. Y ahora estoy en eso.
Cuáles fueron sus impresiones, a medida que fue avanzando en sus estudios, que estaba adquiriendo madurez y finalmente el Premio Universidad de Concepción.
Fue una inmensa alegría, más que por mí, por mis papás, de ver porque el orgullo es de los papás, al ver el fruto de tanto sacrificio, esfuerzo, de años, de algo que yo pienso que se construye desde muy niño. Uno tiene que adquirir más disciplina, un esfuerzo y eso se va notando en el camino, No es algo que uno adquiere porque sí. Porque es un trabajo tan grande de los papás por tantos años y que se vea reconocido en sus hijos el reconocimiento para ellos.
Tuvo usted alguna debilidad, una incertidumbre o una desorientación?
Sí, yo creo que todos pasamos por crisis vocacionales. Recuerdo cuando partí con la Tesis de pregrado, los experimentos no querían salir, yo me planteé si me gustaba esto, si iba a tener el carácter para seguir en estos, porque no es fácil, sumamente competitivo y exigente. Me gustó.
Cómo podría describir esos estados de ánimo porque las cosas, los experimentos no resultaban?
Yo estaba tratando de detectar un transportador en células con fenotipo troncal, el transportador de vitamina C, me costó mucho detectarlo por todas las técnicas a nivel de proteínas y fue porque hubo que estandarizar las condiciones que permitieran su detección. Así, uno aprende super rápido que hay tener mucha paciencia, mucha constancia y dedicación y que las cosas no resultan siempre. Uno cree que es super fácil, seguir una receta.
Ahora bien, cuáles son sus perspectivas de aquí en adelante?
Bueno, ahora inicié mi Doctorado en Ciencias Biológicas y espero terminarlo en el tiempo que corresponde que son 4 años, un poquito más a lo mejor, porque hay que escribir la Tesis, y después me gustaría irme al extranjero a hacer un Postdoctorado y con dos amigos más de la carrera de Bioingeniería tenemos el sueño de formar nuestra propia empresa, nuestro propio centro donde apliquemos la bioingeniería en distintas áreas, en la parte vegetal, en la parte de neurobiología, que sería la mía, y en la parte de proceso industrial.
1 comentario:
FELICITACIONES!!
me encantaría llegar a ser como tú!
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