lunes, 14 de octubre de 2013

Alumnos Tesistas de Bioingeniería Obtienen un Producto Innovador Para la Producción de Cobre



Cristián Espinoza, Francisco Montero y Carlos Morales
Decisión, empuje y certidumbre del éxito son parte de los atributos que definen una clara personalidad que reúnen tres alumnos tesistas de la Carrera de Bioingeniería que imparte la Facultad de Ciencias Biológicas, cuya actitud frente a la vida es de entusiasmo y de atreverse siempre a luchar por sus sueños hasta obtenerlos.

En efecto, estos tres alumnos de bioingeniería Cristian Espinoza, Carlos Morales y Francisco Montero en un trabajo mancomunado lograron obtener un producto para ser utilizado en la alta minería con la creación de un producto industrial que han llamado “bioflotación”, un concepto nuevo en el proceso del  tratamiento y obtención del cobre y otros minerales; se trata de utilizar reactivos de origen biológico para poder recuperar más cobre, tecnología que permite que los procesos sean más limpios, este bioreactivo se obtiene, mediante la utilización de bacterias.

Cristián, Carlos y Francisco participaron en el Foro Mundial de Emprendimiento Universitario que se realizó esta vez en Santiago de Chile, obtuvieron el segundo lugar en el Concurso llamado “Pittch”, en el que participaron como alumnos del Programa Emprendo de la Universidad de Concepción, en este evento compitieron con estudiantes de otras universidades del país, en el marco de presentación de ideas innovadoras. Este segundo lugar fue compensado con la cantidad de US$300 en reconocimiento al trabajo presentado.

Nosotros estamos llegando un poco más lejos con este proyecto que es la bioflotación, explican Francisco Montero y Cristián Espinoza. Hoy se ocupan reactivos químicos que permiten la separación de cobre de los demás minerales, uno de los principales es el coopperplat, y ese proceso tiene eficiencia estándar, que es un reactivo de la biominería que contamina y no es amigable con el medioambiente. Lo nuestro no contamina y es más eficiente.

¿Cuál ha sido la recepción hasta ahora de la parte de la gran minería?

Hemos tenido la suerte, como equipo, para validar el interés del mercado en este producto, señala Francisco Montero y agrega, viajé a la ciudad de Antofagasta para reunirme con importantes personas de la comunidad científica, autoridades regionales y, por supuesto, la industria cuprífera”.

¿Invitado por alguien?

No, fue una decisión nuestra, a nosotros nos importó comprobar el interés de la industria minera y la validación de mercado. Entonces, nos dijimos, estamos con todo en este proyecto, estamos super entusiasmados, y tenemos la convicción plena de lograrlo, de manera que hice el viaje. Me contacté con el Seremi de Minería de Antofagasta, Rodrigo Mendiburú, con el Seremi del Medio Ambiente. Con respecto a gente de la industria contacté a Juan Carrasco de  EstratoCooper, jefe de producción, con Marcelo Branodanovic que es gerente de Desarrollo e Innovación de Minera Esperanza. Ahora, estamos pronto a sacar nuevas  reuniones, nuevos contactos que nos permitan en etapas tempranas, consolidar y llevar adelante el proyecto. Dentro de la comunidad científica nos contactamos con la Dra. Pamela Chávez, de Aguas Marinas una empresa dedicada el ciento por ciento a implementar la biotecnología a los desafíos de la industria minera.

¿Vuelven nuevamente a Antofagasta?

Efectivamente, responde Francisco, lo que sucede es que en los países europeos y asiáticos, especialmente en China, se realizan simposios sobre biohidrometalúrgica, son eventos muy importantes a nivel mundial y por primera vez se hará en Chile, se realizó en Antofagasta a comienzos de octubre. Así, logré mediante estos contactos generar una beca que me permitió participar en el evento. Nos interesa conseguir contactos o vínculos más concretos y ser un canal más dinámico entre la industria minera con sus principales desafíos, dado que los bioingenieros podemos hacer mucho en esta área.

¿Interés de la Minería?

Esta innovación es una iniciativa propia, llevamos un año trabajando en esto, hemos estado chequeando datos, aprendiendo harto, hablando con harta gente. Las mineras y la comunidad científica han mostrado mucho interés por esta nueva área que se pretende implementar. Hemos hablado con inversionistas y personas que son entendidas en los temas de comercio y negocios, lo que hasta ahora es nuestro punto débil, siempre nos indican cuánto es el costo asociado a esta iniciativa, según nuestros estudios esta tecnología permite aumentar un 1% de rendimiento de recuperación y en el concepto de ahorros de la gran minería serían alrededor de 250 millones de dólares anuales.

¿Hagamos un análisis de la carrera que los ha formado?

La recepción que hemos tenido de la Facultad, a nivel de los recursos económicos y el principalmente, apoyo del Decano, agrega Cristián, pues en cada que vez que le solicitamos una reunión, para explicarle lo que estábamos haciendo mostró mucho interés, en ese sentido nos sentimos muy reconfortados, pues él nos ha apoyado en todas las iniciativas que le hemos planteado, y creemos que sin su aporte, a lo mejor nosotros no habríamos podido ir a congresos, no habríamos podido haber participado en estas actividades; nos escuchó, y nos dijo: “chiquillos, háganlo.”

Un camino laborioso

La verdad de las cosas es que nos ha costado harto llegar adonde estamos, declaran ambos, pero ha sido muy enriquecedor, hemos aprendido, hemos tenido experiencias tremendas, hemos tenido contacto con personas muy importantes, pues nos hemos dado cuenta que si uno quiere alcanzar una meta hay que saber prepararse, seguir adelante, perseverar, ser proactivo, tomar iniciativas, de otra manera no se consiguen las cosas.

Creemos, concluyen, la carrera de Bioingeniería debe entregar competencias emprendedoras y mantener relaciones con personas del mundo de las actividades productivas.

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